Ladrillos reciclados de plástico

Basurilla reinventa reutiliza 

Los envoltorios, botellas de plástico, o las cáscaras de cacahuete se mezclan con cemento siguiendo un proceso de elaboración que no requiere maquinarias caras, no necesita terreno de donde extraer la materia prima ni grandes instalaciones para procesarla. Son ladrillos más baratos, y además, aíslan más y son menos pesados, lo que facilita la autoconstrucción por familias más humildes y sin recursos.

“Los desperdicios que producimos son infinitos -dice el arquitecto Horacio Berretta, que dirigió el proyecto- y la fabricación del ladrillo clásico es un verdadero desastre ecológico, porque se hace con humus que tarda miles de años en formarse y en hornos a cielo abierto, como ocurría en Babilonia. Es decir, que por un lado enterramos la basura y, por el otro, devastamos la tierra fértil. Nosotros proponemos una tecnología que ayuda a paliar ambos problemas, pero además es más económica, muy eficiente desde el punto de vista de la aislación y fácil de fabricar.”

En comparación, los ladrillos reciclados ofrecen mayor resistencia al fuego, mayor resistencia mecánica, similar absorción del agua, buen comportamiento a la intemperie, es un mejor aislante acústico y se puede serrar y clavar con facilidad.
Los ladrillos desarrollados por el CEVE acaban de recibir la certificación de fiabilidad técnica de la subsecretaria de Vivienda de Argentina pudiéndose construir en altura hasta dos pisos. Ya hay algunos interesados en el proyecto y planean construir una planta de fabricación.

Se genera empleo, la posibilidad para construir una casa en condiciones más ventajosas para mucha gente, en zonas muy marginales, y una oportunidad de enorme potencial para reducir deshechos tan abundantes y contaminantes, dándoles un nuevo uso.
Les felicitamos por su labor social y ecológica y por esta fantástica idea.